9.27.2005

Las brujas las creamos los niños.

- ... existencia dudosa.
- ¿Eso crees? ... ¿Y qué diablos miras ahora? ¿Estas buscando mi verruga y mi escoba? ¿Eres realmente tan simple? (¿Y por qué diablos nos hablamos entonces?)
¿Necesitas pruebas? ¿Quieres que esa silla se te caiga contra la cabeza?¿Quieres eso?
Y te ríes!!!!!!!
Estrépitoso silencio. Horrorizada. Las cuencas a punto de salirsele de los ojos. Porque resulta que él está ahí, en el suelo, con el cerebro desparramado. Él está ahí...¿por su culpa?
-No tuve más remedio.
Os juro que aún sorprendida, eso fue lo que dijo.

9.22.2005

Museo de polvo

Museo de caras olvidadas. De caras comunes y fáciles. De esas caras de las que nunca nadie se va a acordar. Es un museo oscuro con suelo de madera vieja. Un museo de sombras sin visitas de escolares.
Las caras duermen sin saber quiénes son o fueron creyendo que están solas, que esos pasillos están llenos de rostros desconocidos. Aunque lleven juntas varios siglos. No llaman la atención, no son diferentes a nada, nadie se ha fijado en ellas.
El museo está en una calle a la que sólo van personas invisibles. Cuando entran en el edificio ellas también se olvidan de su existencia.

9.16.2005

Elefante malo

Paquidermo es nombre de soñador, de animal hidrofóbico que mata a su cuidador para escapar del zoo. Enrosca su trompa y contiene la respiración mientras deja escapar un largo susurro: quiero espiar a los niños mientras juegan en el patio de la escuela. Taxidermista es nombre de embalsamador de almas. Recorre las calles con una pistola al hombro y un bote de barniz. Ayer encontró un árbol de tres ramas y una trompa. Del tronco brotaban cuatro patas. Paquidermo no se escondió bien. Taxidermista disparó su pistola y la trompa cayó hasta el suelo como una hoja en otoño. Las ramas superiores sostenían una pelota de fútbol. Paquidermo está dormido y ya no escucha los gritos de los niños. Su trompa ahora huele a caducado. Sus ojos ahora son de plástico. Su cola no se mueve. Ahora Paquidermo es un museo.

9.14.2005

Dos elefantes

Armario miraba a sofá. Tan lejos y asquerosamente cerca.
Armario miraba a sofá, sabiendo ya lo que iba a ocurrir. Miles de déjà vu que eran en realidad siempre el mismo.
Porque cada vez que abría sus puertas apasionadamente, sin medirse, la golpeaba. Y su madera comenzaba a astillarse. Y dejaba de ser un armario atractivo. Y aunque eso no sea lo importante, también dolía. Y entonces, lo repetía"¿De que especie soy?"
Sofá lloraba un poco y le explicaba que lo que él quería era imposible.
Y si Armario no estaba de acuerdo, y si abría sus puertas más fuerte, para poder hacerse más daño, para poder hacerle mas daño, sofá reía estruendosamente y entre carcajadas dejaba caer silaba a sílaba: pa-qui-der-mo.

9.11.2005

Espía

Él.
Seguía como cada día acurrucado en su rincón preferido. Cerrando los ojos con fuerza para no ver la oscuridad. Pensando en empujar un poco la puerta y mirar por la rendija qué había fuera.

Ella.
Dormía sentada en el sillón. Apoyaba la cabeza en su mano derecha y su boca se entreabría despacio.

Él.
Espiaba desde su escondite. Deseaba acercarse y que ella apoyase su cabeza sobre él.

Ella.
Se despertó y vio la puerta entreabierta. Se levantó, la cerró y se fue a la cocina.

Él.
Volvió a quedarse una vez más encerrado en la oscuridad de su armario.

9.09.2005

Amor ciego

Ojos en la espalda, ojos en los pies, ojos en las yemas de los dedos, ojos en la mirada. Tenía ojos por todas partes. Tenía tantos ojos que no veía más que pestañeos. Y se sentía feliz cuando una mariposa se posaba en sus pestañas y el batir de las alas se reproducía como el vuelo de una mosca en un laberinto de espejos. Entonces todas sus pupilas se agitaban dentro de su globo ocular, y él se frotaba la nariz con su ojo derecho. Sentía cosquilleos cuando la veía, por duplicado, por triplicado, en infinitas dimensiones que la convertían en algo todavía más precioso. Ella sonreía, y su sonrisa se multiplicaba como las estrellas cuando él batía sus palmas con agitación.

-Si pudiese verte te querría para siempre, decía ella.

-Si cerrase todos mis ojos te olvidaría, decía él.

9.05.2005

Domingo

Acertar no fue facil. Tantos colores. ¿Queria tener los ojos azules, verdes o lilas? Lilas sin duda era mucho mas exotico. Mucho mejor. Despues estaban las pelucas. Habia millones. Podria pasar horas revolviendo entre ellas. Tocandolas y estremeciendose sua-ve-men-te porque están hechas con pelo natural (de persona!). Y por supuesto, no ahondemos en el calificativo de natural. Era lo mas evidente. Pero quedaban aún todo el resto de accesorios: narices, cejas, labios, lenguas ...
Y habia que pensarlo todo tanto... con lo facil que sería dejarse llevar...
Pero cada decisión (y es más, incluso cada posposición de decisión) tenian un significado. ¿Crear una coherencia entre las partes o una disonancia creativa? Porque diferenciarse es lo esencial. Pero sin renunciar a la harmonia...
Y a él, ¿le gustaría lo que había creado? ¿Y a papá y mamá? ¿Y a sus hermanos?
Era una artista.
No se atrevía, no se atrevía, no se atrevía a reconocer que me encanta darle un toque adolescente y hacerle confesar que lo que no se atrevía a hacer, era despojarse de cada detalle y observar los gusanos que se retorcian en las cuencas de los ojos.