11.19.2006

Tus ojos de criador de lepidóptero

Impensable que tus ojos sean rasgados por puro azar. Tiene que ser algo genético, insisto. No sé, algún antepasado oriental. Por eso tienes la piel así, como si padecieras hepatitis. No se puede decir que seas blanca, no, eres más bien amarillenta. Un poco triste, una melancólica de los tiempos modernos. Con la mirada esquiva y el gesto serio. Y la cabeza siempre en otro lugar. Quizá en la China. ¿Vienen de la China tus ojos rasgados? ¿Has estado en Japón? Yo sueño continuamente con Japón. Algunas veces abro el Google Earth y repaso su geografía. Me han hablado muy bien de las islas del sur. Dicen que hay muy buen clima. También quiero visitar las lugar en el la gente deposita sus deseos plasmados en un papel. Pero antes tengo que aprender japonés y conseguir unos ojos como los tuyos.

¿Que nunca has tenido gusanos de seda? Impensable. Impensable que tú, con esa mirada rasgada, jamás hayas sucumbido a la suavidad de un gusano y a su transformación en mariposa. Oh, lo recuerdo bien. Primero alimentarles con hojas de morera, después juguetear con ellos, su suavidad entre los dedos. Más tarde s envuelven en un capullo de seda, y del él, un día, de pronto, una magnífica mariposa. Deberías saberlo, tienes ojos de criador de lepidóptero.

No sé, también me recuerdas un poco a las películas de Won Kar-wai. Te imagino perfectamente en Hon Kong o en Shangai, con el pelo negro y recogido, y vestidos floreados de cuello alto. Y la luz es un poco amarilla, y de fondo suena Aquellos ojos verdes. Pero los tuyos no lo son. Rasgados y oscuros. Impensable que sea sólo azar.