9.14.2005

Dos elefantes

Armario miraba a sofá. Tan lejos y asquerosamente cerca.
Armario miraba a sofá, sabiendo ya lo que iba a ocurrir. Miles de déjà vu que eran en realidad siempre el mismo.
Porque cada vez que abría sus puertas apasionadamente, sin medirse, la golpeaba. Y su madera comenzaba a astillarse. Y dejaba de ser un armario atractivo. Y aunque eso no sea lo importante, también dolía. Y entonces, lo repetía"¿De que especie soy?"
Sofá lloraba un poco y le explicaba que lo que él quería era imposible.
Y si Armario no estaba de acuerdo, y si abría sus puertas más fuerte, para poder hacerse más daño, para poder hacerle mas daño, sofá reía estruendosamente y entre carcajadas dejaba caer silaba a sílaba: pa-qui-der-mo.

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